25 de noviembre
Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres





LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES ES LA VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS MAS OCULTA, HABITUAL E IMPUNE

* La violencia económica que se expresa desde la invisibilización y negación del valor productivo y social del trabajo de las amas de casa hasta las dificultades para acceder al crédito, la tierra, el salarios dignos, a viviendas definidas de acuerdo a las necesidades de las mujeres que producen y reproducen la exclusión, pobreza y marginalidad.

* La violencia que atenta contra la soberanía alimentaria, que se patentiza en el modelo impuesto por los agronegocios, el de los monocultivos y los transgénicos, el de la concentración y extranjerización de la tierra, el de la contaminación ambiental y sus efectos sobre la salud humana que obliga a emigrar y condena al desarraigo, que atenta contra una agricultura como fuente para la alimentación de la vida.


* La violencia institucional que padecen sobre todo las mujeres de menores recursos económicos y que se manifiesta en el destrato en oficinas e instituciones públicas (horarios inapropiados y pocos turnos en hospitales, en comisarías y tribunales cuando se recurre a realizar denuncias, en reparticiones que atienden planes sociales) Barrios olvidados por los funcionarios públicos constituyen una violencia cotidiana en particular para las mujeres a quienes el resquebrajamiento del entorno ha significado mayor aislamiento que comprometen su salud , integridad y seguridad.

* La Violencia simbólica que reproducen los medios de comunicación: en Santa fe existe una industria del sexo que se anuncia por los medios. La brutalización y cosificación de las mujeres en los medios como mercancía. El lenguaje denigratorio para referirse a las mujeres. La reproducción publicitaria de imágenes de mujeres b
lancas, de clase media y felices por acceder a productos impuestos por el consumismo capitalista.

* La violencia laboral que se manifiesta en la denegación o despidos de empleos basándose e funciones reproductivas (embarazo, lactancia) o etáreas (mujeres mayores de 40 años) acoso, hostigamiento, intimidación, desvalorización, inequidad salarial. Explotación laboral y negación de la seguridad social en los trabajos informales realizados por mujeres, como por ej. el servicio doméstico.


* La violencia sexual expresada la explotación sexual, la prostitución y la trata de mujeres, niñas y niños, las violaciones, los piropos obscenos, el acoso, la humillación sexual, el aborto forzado, la denegación del derecho a hacer uso de la anticoncepción o a adoptar medidas de protección contra enfermedades.

* La violencia doméstica tanto física, emocion
al o sexual que terminan en feminicidios disfrazados de “crímenes pasionales”. Al menos 81 mujeres han muerto en nuestro país a manos de su pareja, ex pareja o miembro de su familia, del 1º de enero al 31 de julio de 2008. En el Tribunal Colegiado de Familia Nº 2, secretaría Nº 2 se realizaron 758 denuncias por violencia familiar desde principios del 2007 a la fecha. Si se tiene en cuenta que en total son 4 secretarías, la cifra total ascendería a las 3.000 denuncias en el último año y medio. En tanto, en el Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, durante el año 2007 se atendieron 2.000 casos.

* La violencia de los mandatos culturales respecto a la sexualidad que se manifiesta en la normativa heterosexual negándose a las mujeres el derecho de elegir a vivir con plenitud, sin discriminaciones sociales, laborales y legales otra orientación sexual. La violencia también se expresa en la negación a decidir sobre nuestro propio cuerpo, cuando, como y cuantos hijos tener como asimismo el derecho que nos asiste a decidir no ser madres. El Estado debe proteger y asistir tanto a las mujeres que deciden tener hijos como a aquellas que no desean tenerlos.

* La violencia que nos impide disponer de nuestro tiempo. La violencia patriarcal nos impuso el mandato de cuidar de los demás aún a costa de nuestra salud y de nuestros sueños. Las mujeres exigimos el respeto a nuestro propio tiempo, el derecho a un espacio para nosotras mismas.

En todo el mundo, las mujeres nos hemos organizado para poner al descubierto y combatir la violencia de género. Hemos logrado modificaciones en leyes, políticas y costumbres. Sin embargo, a pesar de estos importantes avances, en nuestro país aún existen leyes y políticas abiertamente discriminatorias y en la práctica la discriminación y el maltrato “de hecho” sigue siendo una realidad cotidiana.

La legislación internacional responsabiliza a los Estados de las violaciones de derechos humanos cometidas tanto por agentes estatales como por particulares. Esta responsabilidad incluye prevenir, investigar y sancionar la violencia, así como reparar a las víctimas.

Por cada víctima de violencia son responsables
:
• Los Estados que no garantizan a las mujeres el ejercicio de sus derechos para una vida plena, digna y feliz.

• Las iglesias que intervienen y atentan contra el Estado laico.
• Las/os legisladoras/es que se niegan a debatir las leyes necesarias para garantizar el bienestar de las mujeres.

• Las/os jueces que las procesan y condenan.

• La sociedad que calla y permite.


Durante el III Encuentro de Mujeres Rurales y Urbanas por la Soberanía Alimentaria las mujeres latinoamericanas hemos concluido y declarado que:

- Nos negamos a seguir sosteniendo el trabajo de cuidado no reconocido, no valorado y no remunerado que realizamos las mujeres, y que constituye el principal sostén de este sistema patriarcal y capitalista.


- En tiempos en que los explotadores del mundo pretenden re-fundar un nuevo capitalismo, nosotras queremos ser gestoras de otra economía solidaria, respetuosa de la naturaleza y humanizada.

- Necesitamos un sistema socio – productivo, cultural, político y económico que nos incluya a todas y a todos; que garantice la justa distribución de lo producido, en aras de una vida digna, alegre, autónoma y soberana.

Las mujeres latinoamericanas denunciamos que:

- La ruta de la soja es la ruta de la trata de personas: la integración regional de las multinacionales explota nuestros bienes naturales y nuestros cuerpos. En los territorios devastados por el modelo sojero se hace más evidente el fenómeno de la apropiación de la vida y los cuerpos de las mujeres. El modelo sojero no sólo produce la contaminación de nuestro suelo y expulsa a las poblaciones rurales hacia las periferias pobres de las ciudades, también agrava la situación de vulnerabilidad de mujeres y niñas. Basta con mirar los márgenes de los hegemónicos y famosos “caminos de la producción” para encontrar las postales de miseria y olvido apenas iluminadas con las luces de las whiskerias donde los cuerpos de las mujeres son sometidos, violados y explotados comercialmente no sólo por los varones, sino por todo un sistema ideológico y de negocios naturalizado y validado por la sociedad.



- Es urgente para nosotras la preservación de la diversidad humana y de la biodiversidad, las cuales no pueden ser pensadas una sin la otra.

- La mercantilización de los cuerpos de las mujeres y mercantilización de la tierra hasta el agotamiento y la eliminación de las diferencias.


Es por esto que las luchas por la soberanía alimentaria y la soberanía sobre nuestro cuerpo implican recuperar la capacidad de producir lo que comemos y alcanzar la autonomía y el pleno ejercicio del derecho a decidir sobre nuestro cuerpo; en consecuencia necesitamos: comunidades seguras para las mujeres y derechos sexuales y reproductivos.


Las mujeres somos en este momento las responsables de la alimentación de nuestras familias y comunidades, entonces nosotras tenemos que ser las motivadoras de un proceso que cambie el modelo de consumo impuesto que beneficia a las transnacionales y expulsa a las y los productores campesinos y pueblos originarios del campo a las periferias pobres de las grandes ciudades reproduciendo a grandes escalas el mismo modelo de marginalidad y miserias.

El 25 de noviembre cortamos las vías del tren sojero, en las vías que eran y deberían volver a ser de las y los argentinos/as.


Nos movilizamos para que no exista…

Ni una mujer más…

Asesinada por su pareja
Excluida por ser pobre
Discriminada por ser lesbiana
Invisibilizada por ser ama de casa
Secuestrada por una red de prostitución y trata
Expulsada de las tierras por los agronegocios
Maltratada por los funcionarios y en los servicios públicos
Muerta por aborto clandestino
Culpabilizada por querer ser ella misma


¡¡BASTA DE VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES!!


Colectivo de Mujeres “La Verdecita” – CEPSGEN – Las Diversas -

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Las verdecitas*